Frecuentemente, cuando uno dice que es gallego nota en el auditorio un deseo así como de contestarle:
- ¡Hombre, no! Eso será una aprensión de usted...
Conmigo nadie ha llegado a este extremo; pero a veces me han dicho:
- ¿Gallego? Pues nadie lo creería. No se le nota a usted nada, ¿verdad? -dirigiéndose a los circunstantes.
Los circunstantes, entonces, con una gran finura, han confirmado que, en efecto, no se me notaba nada el que yo fuese gallego. Y luego no ha faltado nunca alguien que dijese:
- Si hay gallegos "muy bien". ¡Cuando un gallego sale listo!...
(Julio Camba, xornal El Sol, 6 de setembro de 1919)